Ana's friend

Recuerdo que todo comenzó hace unos meses atrás. Estaba sola y Ana, poco a poco, se transformó en mi mejor amiga. Tenía depresión y me sentía desganada respecto a todo. No tenía ganas de salir y cada vez que me miraba al espejo me desagradaba mi imagen. Era tan extraño. Durante toda mi vida fui delgada, bastante atlética. Nunca hice dietas, no eran necesarias para mí.
Hace tres años me fui a estudiar a Santiago. La falta de tiempo, la mala alimentación y la ansiedad me jugó una mala pasada y gané un par de kilos. Nada muy extremo, sólo un par de kilos que bajaba cuando llegaban las vacaciones y volvía a mi hogar.
Lamentablemente, este año la presión en la universidad fue demasiada y me descontrolé. Sentí que me comí el mundo. Subí 9 kilos, era un cerdo salvaje. Me sentía fatal. Fatal psicológicamente, puesto que tenía variados problemas, y fatal físicamente, ya que sentía que aquél cuerpo no era realmente el mío. Me daba asco. Repudiaba mi ser. Así que decidí bajar de peso.
Comencé a comer sano, al inicio y a ejercitarme todas las noches luego de estudiar. Bajé casi un 90% el consumo de alimentos, hasta iniciar ayunos bebiendo té rojo o agua con limón para quemar las calorías. Claro, aparte de esto intentaba ejercitarme, pero me sentía tan débil a veces.
Dormir, era y es un martirio. Maldito insomnio. Lo peor era que lograba conciliar el sueño muy tarde y me quedaba dormida para las primeras clases.
Con el tiempo, la universidad pasó a un segundo plano y Ana consumía todo mi tiempo.
Durante el día planeaba qué hacer para bajar más de peso y me ejercitaba. Durante la noche, cuando no lograba dormir, veía los canales de moda o navegaba en internet para conseguir tips hasta que el sueño me venciera. Estoy obsesionada, lo sé.

Esto es una fracción de como comenzó todo.
XOXO, princess.