Adolescent

Todo se inició en agosto o quizás un poco antes, en julio. No sé por qué, exactamente. Comencé a fijarme demasiado en lo que comía. Leí todas las etiquetas de alimentos posibles y revistas en donde enseñaban trucos de como bajar de peso.
Me comencé a obsesionar con mi cuerpo y ahora no puedo parar. No tomo bebidas, ni ingiero alcohol. Inclusive mi estilo de vida ha cambiado. Ya ni siquiera me junto con mis amigos.
No sé cuanto peso he bajado. Antes iba a pesarme a una farmacia cercana a mi hogar, pero ahora he estado muy cansada, no sé por qué. Eso sí, me mido casi todos los días. Destiné un pequeño cuaderno donde llevo mis mediciones semanales. Así veo cuantos centímetros he reducido desde la semana anterior. Esa es mi obsesión total. Pronto escribiré lo que he anotado allí.
Me ingesta de comida ha bajado dramáticamente, pero no tengo hambre. No sé por qué mi novio no entiende que sólo no me da hambre. No me pueden obligar a comer sino siento hambre. Si mi cuerpo necesitara más alimento me lo pediría, ¿no?
Además, no es que esté ultra delgada. Sé que va a sonar un poco contradictorio, pero estoy gorda. Osea. Sí, lo estoy.